El consumo de café beneficia al hígado

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Nuevos estudios sobre la conveniencia de tomar café.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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Un estudio de la Universidad de Coimbra (Portugal) ha revelado que la cafeína, los polifenoles y otros productos naturales presentes en el café pueden ayudar a reducir la gravedad de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) en personas con sobrepeso y diabetes de tipo 2 (DMT2).

El eterno debate sobre si el café es bueno para la salud depende como es lógico de cantidades. Un uso normal y no un abuso puede influir positivamente en el hígado graso no alcohólico. Un término colectivo para abordar los trastornos hepáticos causados por una acumulación de grasa en el hígado. Pueden provocar fibrosis hepática, que puede progresar a cirrosis (cicatrización del hígado) y cáncer de hígado. La EHGNA no es consecuencia del consumo excesivo de alcohol, sino de un estilo de vida poco saludable, con poco ejercicio y una dieta hipercalórica.

Los participantes en el estudio con un mayor consumo de café tenían hígados más sanos. Aquellos con niveles más altos de cafeína tenían menos probabilidades de sufrir fibrosis hepática, mientras que los niveles más altos de componentes del café sin cafeína se asociaron significativamente con puntuaciones reducidas del índice de hígado graso.

Múltiples estudios han relacionado su consumo con un efecto protector del hígado, llegando a recomendar al menos dos tazas de café al día, otros estudios hablan de tres, como máximo.

La lesión inicial del hígado es la fibrosis (cicatrización interna del hígado) y se ha visto efectos beneficiosos desde ese punto. Las lesiones posteriores, como la cirrosis (donde hay mucha cicatriz interna del hígado y ausencia de tejido sin cicatriz) y el cáncer (que es más riesgoso en pacientes con cirrosis), también progresan más lentamente con su consumo. Es lógico, si intervenimos en la lesión inicial (fibrosis – cicatriz), se verán frutos en las lesiones más avanzadas también (cirrosis – cáncer), advierten algunos especialistas.

En julio del 2020, fue publicado un artículo en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine, donde se refutaban estos beneficios y un estudio de los Países Bajos del 2017, midió la fibrosis del hígado en pacientes y demostró que los que tomaban más de tres tazas tenían menos fibrosis.

Los principales enemigos del hígado

La obesidad está asociada al hígado graso, cuya enfermedad hepática resultante puede terminar en una serie de complicaciones serias como cirrosis. Por eso es fundamental controlar el nivel de peso, además de evitar el consumo de alcohol.

Existen ciertos niveles en el consumo de bebidas alcohólicas que no debemos sobrepasar, pues estamos hablando de agresores que inciden directamente sobre el hígado. Tomar, por ejemplo, más de dos copas de vino al día puede provocar toxicidad en el hígado y sobrepasar la capacidad metabólica de este órgano.

El hígado es bastante resistente, pero no debemos consumir demasiado alcohol e impedir que el sobrepeso nos juegue una mala pasada, apostando en su lugar por una dieta saludable y la práctica de ejercicio.

Ahora bien, no sólo la obesidad o el alcohol pueden causar trastornos en el hígado. Existen otras patologías que pueden perjudicar, como una enfermedad hereditaria, ciertos medicamentos o la patología del hígado graso no alcohólico. En estos casos, es preciso contar con la ayuda de profesionales sanitarios que sepan cómo controlar y tratar este tipo de enfermedades.

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